Es una medida de protección para los niños, niñas y adolescentes que por distintas razones no pueden vivir con su familia de origen y necesitan un entorno más seguro y estable.

Las familias acogedoras ofrecen estabilidad, protección y cariño a estos niños, niñas y adolescentes que han pasado por una situación dura y difícil. Siempre que sea beneficioso para ellos y ellas siguen manteniendo relación con su familia de origen, y aunque parezca complicado, lo ideal es que haya por ambas partes (familia de origen y familia acogedora) una colaboración y comunicación positiva.

Para ser familia acogedora hay que pasar un proceso de valoración donde se recogen sus características, las necesidades que pueden cubrir y lo que la familia pueda aportar a los niños, niñas y adolescentes. Una vez se consiga la idoneidad, comienza el proceso de acoplamiento y el niño, niña o adolescente que lo necesite pasará a vivir con la familia.

Según las características de cada caso, se determinará un tipo u otro de acogimiento. Pero en todo caso, la familia contará con apoyo y ayuda profesional durante todo el proceso.